4 de febrero de 2009

EL CANCER DE CUELO UTERINO; EN LA MAYORIA DE LOS CASOS SE PUEDE PREVENIR, PERO...

Imagen tomada de:

Por: Ana María López
Abogada Directora
Grupo Internacional Derecho & Justicia


Es ampliamente reconocido dentro del sector médico que la problemática de mortandad femenina a causa del cáncer de Cuello Uterino viene creciendo en número de forma desproporcionada. De acuerdo con información entregada por la Consejeria Presidencial para la equidad de la Mujer el día 18 de Noviembre de 2008 a través de su página web "Cada año se diagnostican aproximadamente 500 mil mujeres con cáncer de cuello uterino en el mundo y cada dos minutos muere una mujer por esta causa (aproximadamente 270 mil muertes por año de las cuales América Latina pone 33 mil víctimas y Colombia más tres mil, nueve mujeres cada día)."
En el mismo articulo, la Consejeria Presidencial, de forma muy acertada da a ésta problemática la categoria de "problemática de salud pública".
Los laboratorios GlaxoSmithKline han desarrollado una vacuna que (de acuerdo con la información entregada por la Consejeria Presidencial) ofrece protección contra los tipos del VPH 16 y 18, y protección cruzada contra los tipos 31 y 45 del VPH (responsables de aproximadamente el 80% de las infecciones asociadas al cáncer de cuello uterino).

Sin embargo aunque ya se ha reconocido al cáncer de cuello uterino la categoría de problemática de salud pública, la vacuna tiene actualmente un costo aproximado de $300.000 cada dosis; el cual puede variar minimamente atendiendo al sitio en el que sea aplicada. La vacuna consiste en 3 dosis que deben aplicarse con intervalos de 2 y 6 meses posteriores a la primera dosis y tiene por tanto un costo total aproximado de $900.000.

Ahora bien, en un pais en el que del total de la población el 51,2% son mujeres y el 48,8% son hombres (de acuerdo con el censo general de 2005 elaborado por el DANE),el 66.4% de las mujeres separadas asume la jefatura del hogar, en el que se observa un aumento en las tasas de jefaturas de hogar femeninas, en el que al 2007 el 13% de las mujeres están desempleadas Vs. el 7,4 % de los hombres; se explica por un lado, la necesidad de prestar total atención a una problemática que aqueja de manera tan funesta a la mayor parte de la poblacion (las mujeres) y por otro la concientización sobre el hecho de que aún existiendo la mencionada vacuna un porcentaje mínimo de las potenciales víctimas del VPH (Virus del Papioloma Humano, generador de la mayor parte de los casos de cáncer de cuello uterino) podrá acceder a la misma.

Es lamentable que existiendo los desarrollo científico que permite la prevención de una enfermedad que está matando a 9 Mujeres en el país cada dia; el acceso a ésta herramienta de prevención se vea limitado por razones económicas.

De igual forma resulta importante tener en cuenta que si a partir de febrero 2 de 2009 la vacuna contra el rotavirus, quedó incluida dentro del esquema de vacunación del Programa Ampliado de Inmunizaciones del Ministerio de Protección Social, implicando que su aplicación será obligatoria y gratuita por razones de salud pública, asi mismo es notoria y evidente la necesidad de la inclusión de la vacuna del VPH dentro de éste plan.

A continuación se reproduce textualmente una parte del documento elaborado por la Corporación Editora Médica del Valle, Universidad del Valle, Cali, (ISSN 1657-9534 Versión online) que ilustra la realidad médica de la problemática, de la vacuna en si misma y sus implicaciones a nivel económico y social.

"Edad recomendada para la vacunación.

Aunque los ensayos clínicos de eficacia se llevan a cabo en mujeres entre los 15 y los 26 años, los resultados de estudios puente de inmunogenicidad muestran que la vacuna induce iguales o mejores niveles de anticuerpos en niñas y niños adolescentes de 9 a 15 años19. Con base en estos estudios, las agencias de regulación de alimentos y drogas de Estados Unidos y Colombia otorgaron licencia para uso de la vacuna Gardasil® en mujeres entre los 9 y 26 años.

El Comité Consultivo sobre Prácticas de Inmunización (ACIP) que hace recomendaciones al Departamento de Salud y Servicios Humanos (DHHS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en Estados Unidos, recomendó la vacuna de manera rutinaria en niñas de 11 a 12 años, aunque se puede aplicar desde los 9 años y a mujeres jóvenes entre los 13 y los 26 para proporcionar cobertura de aquellas que a esta edad no han contraído la infección25. En Australia la vacuna se ha aprobado para niñas y mujeres de 9 a 26 años y para niños de 9 a 15. En los ensayos clínicos el mayor impacto se ha visto en mujeres sin previa exposición al virus, por tanto, la edad promedio de inicio de las relaciones sexuales en las diferentes poblaciones será un elemento importante en las recomendaciones de la edad de vacunación.

La edad recomendada para la vacunación variará de país a país. En Colombia, según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud de Profamilia del 2005, 14% de niñas del área urbana habían iniciado actividad sexual a los 15 años; este porcentaje es superior (18%) en el área rural26. En el Distrito de Aguablanca, estrato 1 de la ciudad de Cali, 42% de las adolescentes han iniciado actividad sexual a los 12 años y 90% a los 14 años27, lo cual implica una necesidad de establecer estrategias educativas y preventivas en la salud sexual y reproductiva y la prevención de las enfermedades de transmisión sexual y del embarazo precoz en las adolescentes, que se pueden utilizar para los programas de vacunación.

(...)

Aspectos sociales y económicos en la introducción de la vacuna. Las creencias culturales, religiosas, el impacto de la vacuna en el comportamiento sexual de los adolescentes y el grado de conocimientos acerca de la enfermedad y el VPH son temas de gran importancia con respecto a la aceptación de la vacuna por parte de los entes gubernamentales, los padres de familia y de los mismos adolescentes33-35. Sin lugar a dudas el descubrimiento, desarrollo y evaluación de una vacuna contra el VPH constituye uno de los avances más importantes en la salud pública en la prevención del cáncer cervical.

Dos elementos importantes a considerar en la introducción de estas vacunas en los países pobres, que son los que más las necesitan, son el precio de la vacuna y el costo de los programas de vacunación masiva de adolescentes. En América del Norte y Europa el precio de catálogo de las 3 dosis de la vacuna tetravalente es de unos 360 dólares, que es prohibitivo para los países pobres. Las dos compañías productoras de la vacuna han expresado interés en facilitar su introducción a los países en vías de desarrollo negociando los precios y/o trabajando junto a otras organizaciones tales como PATH (Program of Appropriate Technology in Health), la Fundación Gates y otras organizaciones internacionales como la Alianza Global para Vacunas e Inmunizaciones («GAVI»).

Ciertamente los análisis de costo-efectividad son necesarios para la toma de decisiones y el desarrollo de políticas públicas36, y la disponibilidad de vacunas con esta eficacia y de pruebas más sensibles que la citología para la tamización de cáncer de cuello uterino son razones necesarias para dar prioridad en su introducción en países con altas tasas de incidencia y mortalidad de cáncer de cuello uterino como Colombia37. Se ha calculado que para que sea costo-efectiva la vacuna en Brasil, cada dosis debe tener un costo de por lo menos 5.00 dólares internacionales del 2000 (unidad monetaria hipotética que tiene el mismo poder adquisitivo que el dólar estadounidense tiene en los Estados Unidos en un momento dado en el tiempo)38. Es de esperar que no se repita la tragedia que se vivió con la demora en la introducción de la vacuna contra la hepatitis B en los países que más la necesitaban.

Integración de la vacunación (prevención primaria) con la tamización (prevención secundaria). Finalmente se debe tener en cuenta que la vacunación contra el VPH no proporciona una protección total contra el cáncer cervical. Los tipos de VPH 16 y 18 contra los que existen vacunas sólo suman 70% de casos en el mundo y 65% en países latinoamericanos39 y los tipos VPH 6 y 11 se relacionan con otros tumores poco comunes de la vulva, el pene y el ano, así como con 90% de verrugas genitales y lesiones pre-neoplásicas del cérvix, pero no con cáncer cervical40. Además, como ya se mencionó, las vacunas tienen la capacidad de evitar las infecciones en mujeres adolescentes sin exposición previa, pero las mujeres que ya están infectadas no reciben tantos beneficios, porque la vacuna no es terapéutica31. Por consiguiente los programas de prevención primaria no sustituyen los programas de tamización y tanto las mujeres vacunadas como las que no reciban la vacuna deben seguir siendo tamizadas41.

Entre las mujeres vacunadas se prevé una disminución de la incidencia de las lesiones pre-neoplásicas causadas por VPH 16 y18 con concomitante disminución de la sensibilidad de la citología. En estas mujeres se sugiere la prueba de VPH que ha mostrado ser más sensible que la citología42. No ha sido posible organizar programas efectivos basados en citología en los países en desarrollo. Se ha demostrado en estos países que estrategias nuevas como las pruebas de detección de VPH43, incluidas aquellas pruebas de VPH rápidas que se desarrollan con la posibilidad de tener un bajo costo y que se evalúan en India y China o las basadas en baja tecnología, como la inspección visual con ácido acético o lugol44 son más efectivas.

El uso de una de estas pruebas, seguida inmediatamente por tratamiento de las lesiones precancerosas detectadas (estrategia de ver y tratar) podría ser la solución para aquellos países donde el seguimiento y tratamiento de las mujeres diagnosticadas con lesiones precancerosas ha sido el mayor problema para lograr éxito en los programas de tamización. Lo anterior más la vacunación de adolescentes y mujeres jóvenes, podría ser la solución ideal para los países en desarrollo45.

CONCLUSIONES

El cáncer de cuello uterino es un problema de salud pública grave que afecta a las mujeres más pobres de los países en desarrollo. Las vacunas profilácticas Gardasil® y Cervarix®, tienen una eficacia cercana a 100 % para prevenir las lesiones de alto grado (NIC2/3) y el cáncer de cérvix que se asocia con VPH 16 y 18 que causan 70% y 65% de los casos en el mundo y Latinoamérica, respectivamente y además la vacuna Gardasil® tiene una eficacia similar para la prevención de cerca de 90% de los casos NIV2/3 o NIVa2/3 causados por VPH 16, 18, 11 y 6.
Esta alta eficacia se observa en mujeres sin exposición previa a infección con cualquiera de los genotipos incluidos en la vacuna, por lo que la edad de vacunación recomendada para programas de salud pública es antes del comienzo de las relaciones sexuales. Como las vacunas previenen en gran parte pero no eliminan por completo el riesgo de cáncer de cérvix, por consiguiente no remplazan los programas de detección temprana y tanto las mujeres vacunadas como las que no alcancen a recibir la vacuna deben seguir siendo tamizadas. La prueba de VPH tiene más sensibilidad que la citología para la detección de NIC2, por tanto, se recomienda la evaluación de estrategias que incluyan esta prueba para la tamización de mujeres vacunadas.
En las mujeres que no alcancen a ser vacunadas, también se recomiendan las pruebas de VPH para la tamización, especialmente de pruebas de VPH rápidas y baratas que están siendo evaluadas en India y China. Este tipo de pruebas o la inspección visual para la detección temprana de lesiones, seguida por el tratamiento inmediato (estrategia de ver y tratar) son estrategias especialmente recomendadas para mujeres con dificultades en el acceso a los servicios de salud. La solución más promisoria para prevenir el cáncer de cuello uterino en los países en desarrollo, implica la combinación de estas estrategias con programas de vacunación masiva de adolescentes.(...)

Fuentes empleadas: